Bueno pues supongo que yo me dí mi propio regalo del Día del Niño: un blog nuevo. Otra vez tengo esa grata sensación de un cerebro plagado de ideas por ser escritas, sin embargo, también está esa otra sensación en la que poco a poco olvido todas esas ideas.
Hoy salí a comprar unas cosas para mi escultura (pff...) y me di cuenta de todo el desastre que ocasionaba al salir; debía limpiar mi iPod, el volante, mi celular y lavarme como 98394 veces las manos.
Ahora, me dispongo a otra larga velada, en la cual he de hacer mi ensayo de historia. Dos mil palabras esta vez, no tengo el ensayo anterior porque se lo quedó la maestra, ni mi calificación, ni correcciones ni nada de nada. ¡AGH! Y con lo especialita que es esa maestra al calificar... Aparte una vez me descubrió in fraganti comiendo en su clase, y yo muy descaradamente, terminandome las papitas esas, tiré la envoltura ahí como si nada. Pero ¡aaaahh! juro que siempre hago eso para ya no hacer shishshshs sonidito de la envoltura de aluminio delator y al final de la clase, lo tiro... Pero bueno, me he vuelto a desviar.
El punto es... Bueno la verdad es que no hay punto. Supongo que volvere a escribir a lo larg de la velada para despejarme un poco :)
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