miércoles, 17 de junio de 2009

Trances de la Menopausia

Odio cuando a mi mamá le dan ataques neuróticos por la menopausia, o peor aún, cuando me hace un drama por algo pequeño. No sé por qué, pero odio ver a adultos llorando. Sé que es estúpido, pero yo, al verlos como una autoridad, me desespera verlos llorar. Sé que cuando sea adulta, seguiré llorando con cualquier película mala, y sin embargo, no tolero ver a mis papás llorar. Suena cruel, lo sé.

Odio la bipolaridad de mi mamá. Hace tan sólo unos minutos se estaba muriendo de risa y se retorcía en el suelo por el dolor en el abdomen. Pero después, de la nada me empezó a echar en cara cosas que sí, lo acepto, dije en momentos de frustración y ni siquiera reflexioné si estaban bien o no. Pero lo que realmente me EMPUTA es que frustre mis sueños. Siempre quiere ver sus sueños reflejados en mí. Pero yo NO soy así. Yo odio las matemáticas, yo nunca seré una ingeniera, yo me preocupo por las artes. Odio que me diga que no la aprecio, cuando sabe perfectamente que es la persona que más aprecio en este jodido mundo. Sabe perfectamente que no hay cosa que no haría por ella. Pero también debe de entender que mis años en primaria ya pasaron a la historia. Que aparte de mi casa, tengo una vida, la cual quiero aprovechar al máximo.

Y ahora resulta que ya no podré ser una buena escritora porque "no aprecio a nadie". For Christ's sake...

2 comentarios:

Nina dijo...

you'll be a succesful writer :] just wait. Besides, a habido escritores que odian al mundo, como Poe [pero su vida fue el significado de mierda... :/]
¿quieres escuchar algo cagado? Hoy mi hermano y yo nos empezamos a pelear en el super [sí, el super] muy feo, y me dijo exactamente lo mismo: no aprecio a nadie.

y tranquila Dodita, you care about other people, you do; but seeing either your parents cry is didsturbing. Y tienes todo el derecho del mundo de ser quien quieras ser.

Anónimo dijo...

Las madres (usualmente tambien los padres) son casi siempre el mismo show: Pretender que vivamos nuestra vida como ellos la vivieron o peor aun tratar de logremos lo que ellos no lograrón, muchas veces los padres son más un freno que un impulso para nuestras vidas.

El verdadero reto se halla en lograr convencerlos de que nuestra manera de ver y vivir el mundo es más que valida, claro... antes de cumplir treinta o de largarnos de la casa (esa frase me recordó a My Way de Frank Sinatra).

K buen blog xica.