jueves, 3 de diciembre de 2009

Mellon Collie

Bueno, supongo que hoy por fin culminó algo que nunca empezó realmente. Quizá este sea un adiós definitivo a todo. ¿Las razones? Ni siquiera yo las sé... Lo más cerca a una explicación factible me ha parecido tan insustancial que mejor la omitiré.

Lo que más me molesta de todo es que yo creí, ilusamente, que había cierto futuro... Pero no era así. Ya todo estaba predispuesto por alguien más. Tomar las decisiones no era parte del contrato. Nada estaba en mis manos.

Mi melancolía por viejos tiempos va acrecentando en un ritmo acelerado. No logro comprender cómo es que las cosas pueden decaer a tal grado que ya nada tiene sentido (o quizá yo intentaba en vano darle un sentido que nunca logró poseer). La nostalgia invade cada célula de mi cuerpo, no lo puedo evitar; tampoco lo puedo sacar de mi organismo. Quiero dejar de dar importancia a tantas cosas. Quiero dejar de sentir este dolor. Quizá ya no quiera sentir nada, realmente.

Creí haber encontrado un hogar, pero nuevamente me encuentro sin rumbo. Este desarraigo me enloquece... Quisiera poder asentarme de una vez por todas y evitarme más penas.

He de aprender a evaluar todo lo que me concierne sin sobre o infra valorar. Me he vuelto todo un símbolo de anomia... Me he degradado, he perdido valores y normas bajo las cuales solía regirme.

Quizá todo ha sido en vano. Quizá nada de lo que digo tiene sentido... Quizá nunca hubo un futuro... Quizá soy el narrador deficiente de mi propia historia.

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