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Ella salió de casa de su amiga a las 14:37 horas del día. Caminó hacia su coche y metió todas sus cosas en el porta-equipaje del vehículo. En tanto, en un mundo alterno, esa misma muchacha salía de casa de su amiga. Metió sus cosas y subió a su coche. Acomodó los retrovisores, y arrancó. Ella, en el mundo real, salió a la avenida, no sin antes poner un poco de música. Aceleró más de lo normal ese día. Se encontraba algo distraída, retraída de todo aquello que la rodeaba, que se encontraba a su alrededor. Se encontraba manejando sobre dos carriles, haciendo caso omiso a los señalamientos e insultos de otros transeúntes. Esto sucedía simlutáneamente en ambos mundos. Sin embargo, a partir de este instante, en el mundo alterno sucedió algo que cambió el rumbo de la realidad. La mujer se hallaba en una curva sumamente peligrosa; la música seguía a todo volumen y su mente se encontraba a miles de kilómetros de ahí. Cuando pudo reaccionar, se vio obligada a torcer el volante lo más que pudo... Las llantas se han derrapado, la mujer ha perdido el control del coche y todo se a oscurecido... En tanto, la música sigue sonando imperturbable como si nada hubiese sucedido.
La mujer sigue manejando, imaginando lo que le habría sucedido si hubiese acelerado más en aquella curva... Crea en su mente un mundo alterno en el cual una mujer murió al instante después de un accidente automovilístico a las 14:52 horas.